martes, 8 de diciembre de 2015

UN DEBATIDO DESENCUENTRO

      El debate entre cuatro, celebrado bajo el paraguas de un grupo mediático el pasado día 7, ha sido un testimonio más del desencuentro político que han de padecer los españoles en años venideros. No obstante, aviso para navegantes, cada uno o puede sacar sus propias conclusiones.  Las mías son:
     Pedro Sánchez del PSOE. Su actuación, llena de gestos de suficiencia y tópica en la fraseología,  puesto que se repite hasta la saciedad, resultó el menos convincente de los partícipes.
     Pablo Iglesias, de PODEMOS, rapaz en la argumentación al tiempo que voluble, resultó ser el más demagogo del grupo, hasta formular promesas de imposible cumplimiento si seguimos perteneciendo a la Unión Europea.
     Albert Ribera, de CIUDADANOS, dotado de una retórica angelical que vale para todo, ciscó sus discurso cuando no aclaró el juego de alianzas que se trae en beneficio de los suyos, aunque intente demostrar todo lo contrario.
     Soraya Sáenz de Santamaría, del PP,  bastante tuvo con repeler  rabiosos y reiterados ataques por culpas pasadas que nunca cometió ni alentó y siempre condenó; fue la única voz que dió  pruebas fehacientes de que su partido va cumpliendo las promesas que hizo antes de recibir la ruinosa herencia que le dejó el PSOE.
     Los problemas esenciales de la sociedad española: el desarrollo contra el paro,  el problema territorial de Cataluña, la enseñanza como solución de futuro, la desigualdad y la falta de equidad (dar a cada uno según sus méritos) se despacharon con cuatro desplantes de capa y alguna chicuelina, pero el toro volvió vivo a los corrales.
     Mucho tiempo y gran formato para tana poca cosa. Felicitaciones a la organización; pitos a los diestros.
     ¡Otra vez será!



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