miércoles, 28 de noviembre de 2018

PARA LOS CUATRO DÍAS QUE ME QUEDAN (43)

     OCASO DEL BIENESTAR.- Son mayoría los políticos que confunden el bienestar  con la igualdad. Para ejercer como demócratas hay que predicar la igualdad, algo imposible porque la naturaleza pura y dura nos ha hecho desiguales.
     Entonces nos lo explican: no se trata de la igualdad lisa y llana: estamos hablando de la igualdad de derechos y deberes. Es verdad. Pero la vida es un muestrario y las leyes no hacen otra cosa que corregir los excesos, administrar las desigualdades, aplicar la equidad (dar a cada uno su merecido).
     Sobre este supuesto, lo que cada uno desea, lo que considera justo y equitativo,  es un mínimo  de bienestar. Un mínimo, entiéndase, que a su vez es distinto, según sea el grado de madurez de cada  individuo, sea cual fuere su sexo,  pero dependiendo de su circunstancia.
     Para resolver esta ecuación surge la política y, para desgracia de las colectividades, hay un gran número de políticos y políticas que confunden el bienestar de las mayorías  con su  propia felicidad,
     No se muerda usted la lengua, estimado lector, para reconocer que una gran mayoría de españoles van en oscura desbandada perdiendo bienestar y cayendo en la miseria. Las estadísticas no valen para medir  las desgracias de un pueblo.
      ¿Podemos prescindir de los políticos?
       Nunca.
       De verdad. Por mucha democracia que se anuncie, unos políticos sin criterio, cuando ven una dificultad se van de viaje para evitar que se descubran que son incapaces.
       La democracia, por mucho que se predique no,puede prescindir de la escuela.



 de polítios

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