EL CAMBIO QUE RUEDA. Me pregunto muchas veces -y no encuentro satisfactoria repuesta- si las gentes advierten que el cambio de hábitos y costumbres se impone desde la investigación científica y cultural, y va por delante del cambio político.
La realidad indica que la revolución científica vuela, en tanto el cambio político rueda. Los pueblos, naciones o grupos aferrados a los dogmas políticos -o ideológicos- se acostumbran y se estancan. Con los científicos sucede que sus avances se imponen y rompen las envejecidas rutinas.
Los más avanzados políticos que ejercen en España (sin olvidar otros países) no saben cómo salir del siglo XX y andan evocando episodios sin solución posible, en medio de una crisis de la que no
saldremos nunca recreando los Tercios de Flandes.
Tenemos a la vista las elecciones del territorio autonómico andaluz, donde conviven -a su manera- los ricos más distinguidos (gibraltareños y nacionales) con los pobres más vergonzantes. Hay tarea. Pero pasan los años y todo sigue igual, ¿Por qué?
Creen en los políticos, que ruedan. Se olvidan de la escuela moderna, que vuela.Y de la responsabilidad, como en el siglo XIX, seguimos pidiendo cuentas al maestro armero.
¿Qué más da?
más distinguidos
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