sábado, 24 de noviembre de 2018

PARA LOS CUATRO DÍAS QUE ME QUEDAN (40)

      A VUELTAS CON GIBRALTAR. Los políticos españoles, (no todos, pero sí la mayoría que impone sus criterios) son unos inútiles y por ende aprovechados. Se cumple la ley: la moneda mala desplaza a la buena. Ejemplo: la Europa unida termina por crucificar a la sufrida (España) para favorecer al rico (la colonia de Gibraltar). ¡Acabarán reventando el invento!
       España no es pobre, dicen los ricos. Pero la realidad estadística demuestra lo contrario. Millones de españoles viven en la pobreza. Y por días aumenta el número de los que caen en la ruina. Crece en demasía el número de pobres destinados a vivir al borde la miseria, para enriquecer los oasis paradisíacos destinados a los ricos.
       Este es el panorama: inventaremos peajes en las zonas pobres para costear malamente a  media España que aún trabaja y regaremos de flores los pasos de acceso al paraíso gibraltareño.
       Lo grave del caso es que los empresarios de postín de nacionalidad española, y tras ellos una corte de imitadores,  tienen cuentas abiertas en los más destacados bancos y otros tinglados, libres de  impuestos en paraísos fiscales  que, quiérase o no,  chupan hasta la sangre de los negocios  empobrecidos. Entre ellos están las pequeñas empresas de toda España.
       Esa realidad es una carga que se traduce en una presión tributaria capaz de  disuadir al más pintado emprendedor dotado de iniciativas creativas.
       A nada que usted -respetable lector-funcione medianamente precavido,  terminará por seguir defendiendo lo poco que tiene.
       La Unión Europea ha dado un paso atrás en perjuicio de España.  A don Pedro Sánchez le han metido el gol con una despectiva patada. La pelota se reía.

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