No hay duda: la Unión Europea pasa por una etapa crítica y se ve forzada a meditar: ¿que
hemos hecho para provocar el rebullir de las naciones que quieren recuperar sus fronteras nacionales. Es una recuperación parcial, ya que nadie protesta, por ejemplo, contra el mercado, de la moneda única: contra el reinado del euro en el supuesto nuevo país..
Para el hombre que hace calle y gasta esta moneda, el euro, sin detenerse en pormenores, todo sigue igual. Sin embargo, ¿por qué la inflación en la UE se mantiene en torno al 2% anual? Esto no sucede por azar. El control de la emisión de los billetes que sirven de moneda y de otras causas socio económicas, está sometido a un solo criterio, a un mando único.
Los partidos populistas y similares, piden y pretenden que cada país maneje a su gusto y conveniencia la máquina de hacer billetes, porque permite mejorar salarios aunque se dispare la inflación. Es la fórmula segura de ganar votos entre la clases bajas.
Por el contrario, los nacionalismos secesionistas no ponen reparos al euro que -aun no siendo admitido en la Unión el nuevo País- seguirían sirviéndose de esta moneda como si todo siguiera igual en la nueva nación.
Lo que resulta extraño es que apenas se facilite información sobre esta y otras peculiaridades que influyen, cada día más, en el futuro de España.
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