Procuro situarme como observador en un punto de mira despejado y limpio de impurezas. Intento ser imparcial. Quiero formar criterio al margen de mis convicciones. Y, en confianza, la conclusión a la que uno llega es para echarse a temblar.
La facción conocida por un programa mal hilvanado, propio de un centro derecha tradicional español, está en fase decadente años ha; ha funcionado la sirena de alarma, sin éxito. Y pretenden engañarse y engañarnos con un cambio limitado a contar con parecidos personajes y distinto disfraz, con ligeros cambios de la escenografía y el mismo vestuario . Van hacia abajo y no lo quieren ver.
Por otro lado,la nueva y centrada derecha, que aparenta no serlo, ha puesto el acento de la modernidad en eso que llaman "ciudadanía" cuando saben de sobra que el acelerador de la política está relacionado con la potencia económica de los pueblos y que su éxito anda muy próximo al desarrollo científico, digno de una buena escuela.. Y por ese lado no han creado doctrina ni manejan el apostolado.
En tercer lugar, los heredo-socialistas, pregoneros adelantados desde el siglo XIX de las reivindicaciones de signo internacional, se han fosilizado cuando el mundo se globaliza, y andan con enredos y a la greña, metidos en un cirio localista de vía estrecha, si tenemos en cuenta sus aspiraciones. Un signo decadente como no vieron siglos.
Al fin, una nueva iniciativa revolucionaria, con aires novedosos en España, bajo el acicate de "Podemos" saltó a la palestra y nos prometió un mundo nuevo sin puertas giratorias, bajo una democracia directa, con voto a mano alzada, salón de actos callejero, vestimenta populachera, etc. etc., pero... ¡cómo cambian los escenarios y cuánto las personas!
Y esto aparte ¿dónde deja usted el movimiento secesionista?
Ese es otro cantar.
(Continuará)
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