jueves, 5 de julio de 2018

DEPRIMIDA CLASE MEDIA


     El sector social que más y mejor ha contribuido al desarrollo de los países más avanzados se halla encuadrado en la llamada "clase media". Es difícil saber quiénes están fuera o dentro de  este encuadre en una demarcación concreta, pero puede afirmarse que allí donde funciona el estado  del bienestar es gracias a la existencia de una mayoría  y poderosa clase media.
     ¿Por qué sucede tal cosa? Muy sencillo: porque sólo una sociedad dotada de este sector -una clase media potente y mayoritaria- cuenta con medios suficientes y masivos para aprovisionar a su Estado por la vía contributiva, de dinero y medios  estables para costear con holgura una prestación sanitaria universal, una dotación docente también gratuita en todas sus escalas, un puesto de trabajo fijo y bien remunerado para casi todos o una ayuda económica suficiente a percibir por cada parado y, como es lógico,  un retiro digno para los que por su edad u otras  causas ya no pueden trabajar.
      En España, como en otros muchos países, no existe ni se puede improvisar esta  clase media potente en número y capacitada en medios económicos,  para hacer posible este ideal tan hermoso: el bienestar  íntegro del pueblo llano.
      Cualquiera lo puede comprobar: no hay en ninguno de los territorios que forman España, esa clase media capaz de costear el tan ansiado bienestar. El viejo propósito de recurrir, también por vía contributiva, a las sociedades mercantiles poderosas,  no funciona. Las multinacionales ya tienen abierta la posibilidad de irse  con su música y sus dineros a otro país.
      Y digo todo esto porque causa alegría ver lo bien dispuesto que está el Gobierno de España en nuestros días, para asistir y resolver injusticias sociales que se oponen al Estado del  bienestar. Otra cosa es cómo.
       ¿Cómo y quién lo paga?

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