La "Evolución Españolista " promovida por Sabino de Arana poco antes de su defunción, no fue bien admitida por la mayoría de sus seguidores del PNV. Llegaron muchos a pensar si el aludido fundador del Partido vasco estaba en sus cabales. El tiempo pasó, Sabino de Arana murió en el año 2003 y el desarrollo de esta idea españolista, con la que pretendía conseguir la independencia de Euskadi, se perdió y se dió por no existente.
Pero ¿qué pretendía Sabino de Arana? ¿Lograr por una vía, marginal pero posible, que los distintos territorios integrados en la España peninsular, exaltaran sus valores raciales o de otro signo para crear un clima favorable a la creación de algo así como una confederación de países ibéricos, donde cada demarcación gozase de una independencia singular?
Esta iniciativa, -abordar la idea de lo posible-, aunque de difícil ejecución parecía un sueño y, considerado como tal, terminó por ser un fracaso. Pero no se olvidó; porque de otro modo -salvo que se organizara una guerra civil y se ganara por los independentistas, - la magdalena no estaba para tafetanes.
Sabino planteaba algo más que un cambio de táctica, según lo explicó a su manera, con claridad sin despejar la niebla: "El nacionalismo aspira, como a término o fin exterior y político, a la independencia del pueblo vasco... Pues bien, según el pensamiento de que se trata, el partido que ha proclamado esa política renunciará ya a ella, aspirando a que los estados vascos, que de hecho son españoles, reconociendo y acatando en derecho esta anexión o agregación suya a España, alcancen dentro de esta situación de derecho, dentro de la unidad del estado España, la mayor felicidad moral y material que alcanzar puedan". (La Patria, 6 de julio de 1902).
La historia nos enseñará que con ocasión de la guerra incivil de 1936, los nacionalistas vascos moderados palparon la independencia soñada por un corto período tiempo. Ese episodio tiene su miga...
(Continuará)
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