viernes, 6 de julio de 2018

UN BROTE DE ESPERANZA

     Es poco aconsejable,  entre políticos de la misma cuerda,  el hecho de  ceder posiciones y buscar ayudas en las filas de sus adversarios, cuando los votos propios no son favorables a sus ideas. Por ejemplo, las diferencias en el seno del PSOE son radicales y muy debatidas dentro de su partido, por haber puesto sus líderes el interés en gobernar en España con votos ajenos, teniendo que buscar alianzas  con organizaciones opuestas a su ideario que, quiérase o no, condicionarán su futuro en sentido negativo.
     El caso es que para gobernar no dudaron en forzar  esas alianzas peligrosas y muy comprometidas que incluyen la cesión de poder a organizaciones que, sin escrúpulos ni miramientos,  sin disimulos, van a lo suyo.
     El caso era gobernar aunque fuera con ideas no respaldadas por su votantes, sino bajo influencias extrañas que van en perjuicio de muchos y en beneficio de partidos ajenos. No hay duda de que el secesionismo catalán está siendo premiado, mientras reafirma sus posiciones soberanistas.
     Los desplazados con estas maniobras fueron los cuadros del poder del PP, mordidos por la corrupción interna:  una carga que obligaba a un relevo de dirigentes y a una depuración de hábitos.
     Las medidas correctoras que no se aplican oportunamente, terminan por pasar factura. El PP empezó a caer en picado y perdió el poder gobernar. El derribo se veía venir. Un día se analizarán las circunstancias que concurrieron en una reacción, que hoy por hoy no se puede valorar.
     Surge un brote de esperanza. Desde el fondo del pozo parece posible un rebote unificador y constructivo que puede ser la primera piedra de un cambio. Puede conducir a una auténtica renovación del PP.
     Solo falta consolidar la unión de valores y personas. La reacción de los grupos herederos del  desquiciado partido, si llegaran a unirse, -es la clave- podrían ganar en unas futuras elecciones. 
     Eso sí: ha de prosperar el talento político y el empeño de limpiar hasta las rendijas de la casa.





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