El sector cultural en España está en manos de los políticos, salvo contadas excepciones. Una vez constatada esta realidad, convendría detenerse a estudiar las medidas a seguir para recuperar una competencia que es de los alumnos y, en su nombre,
de los padres cuando aquéllos son menores de edad: la enseñanza.
El debate surge y está en la calle, pese a todo, sobre si la enseñanza ha de ser
pública o privada, disputándose cuál de las dos es más eficaz. No tienen en
cuenta que el grado de adoctrinamiento impuesto en España es grave y
preocupante y que esto influye en la calidad de la docencia y en la vida social de los españoles. En los informes PISA España ocupa los últimos puestos entre los
países de la OCDE.
El que
los niños aprendan depende sobre todo de la libertad para elegir el centro docente donde educar al alumnado.
En España esa libertad está recogida en la vigente Constitución y leyes
concordantes, pero la realidad se traduce en elegir un centro educativo en las cercanías del domicilio familiar. De hecho, la libertad no existe o está muy controlada.
En el
País Vasco, los partidos de ámbito nacional no
dieron importancia a la escuela y se la entregaron, en bandeja, a los
gobiernos autonómicos en su mayoría nacionalistas, que imponen una orientación docente marcada por los afines a tal doctrina.
Lo
primero y más urgente, en beneficio de
los escolares, sería instaurar la libertad de enseñanza, tarea lenta cuando se ha perdido el control de escuelas y colegios.
Habría
que empezar fundando una escuela libre, acogida a los Derechos Humanos de la
Naciones Unidas y al texto constitucional español que ratifica estos principios. Una
escuela libre no puede depender de subvenciones y ayudas oficiales, porque éstas -está probado- condicionan la enseñanza a
impartir. En nuestro caso, con unos
partidos de ámbito nacional debilitados, esta influencia solo se podría
evitar en colegios que no dependieran de los apoyos oficiales. Ya está inventado a este fin el cheque escolar.
Lo cierto es que nos
encontramos ante un futuro incierto, que sólo se remontará con éxito si se moderniza y abarata la enseñanza, se adapta a los métodos seguidos por las instituciones más avanzadas y se consigue interesar a padres y alumnos en la eficiencia del sistema, limpio de antemano de intereses bastardos.
Copio: “La
educación “on line”, es una modalidad de la educación a distancia, que muchos utilizan para completar un proceso de enseñanza-aprendizaje”.
Reconocida
su existencia y el caudal de
posibilidades que ofrece la “educación on line”, se ha de reconocer que, para padres y alumnos, se abre así una posibilidad conduceente a elección de una enseñanza idónea, libre y exenta de doctrina, cualquiera que esta fuere.
Es un referencia que merece la atención de quienes pretendan mejorar el futuro de sus hijos.
El que quiere, puede.
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