jueves, 9 de noviembre de 2017

FUTURO DE LA DERECHA

      Escribir sobe el futuro de la derecha es una aventura, dado el dudoso comportamiento de sus  políticos que hoy cotizan en la cancha española. Salvo los secesionismos nacionalistas, que sí tienen claro el destino a conseguir por el que luchan, es decir constituirse  en Estados-Nación independientes, los demás se baten en un mar de dudas, incluido el oscilante PODEMOS
      Los tres partidos, que han proclamado  la unidad de España, solo están de acuerdo en cambiar la Constitución con muy distintos objetivos:
     Cambiar para contentar a los secesionistas (de forma singular a vascos y catalanes,  no se olviden), tesis que parece defender el PSOE dominante en sus filas.
     Cambiar para reducir el caudal competencial de todas  las Comunidades y reforzar así al Poder central, según promete -leyendo entre líneas- CIUDADANOS.
     Y cambiar, no se sabe qué, ni para qué, la Constitución vigente, incumplida al desgaire, que es tanto como decir de España que domina la teoría para luego no  ponerla en  práctica o hacerlo a destiempo y contramano.
      Así estamos y en estas condiciones hacer pronósticos sería un disparate. Renuncio y con razón. Y sin embargo, pienso en el PP;  a pesar de sus buenos políticos que los tiene, va a tener que pagar factura de alto coste porque no supo a tiempo cortar por lo sano.
      Siempre recordaré a un médico de  pueblo que, en los primeros días de la guerra,  diagnosticó a un herido gangrena gaseosa. Anunció:  "cortamos la pierna o muere. Aquí no podemos; hay que llevarlo a Burgos sin pérdida de tiempo". No lo, llevaron. Y se murió.
      Lo malo de este caso es que puede ser un muerte lenta. ¡Adivinen cuántos van a sufrir  entre tanto!
      ¡La rompedura de una nación no es gratuita!


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