viernes, 17 de noviembre de 2017

ADIVINEN EL FUTURO

    No se trata de algo mágico, ni de un sueño, ni de profetizar milagros. Se trata de ir por deducción calculando hacia donde nos llevan los nuevos hábitos y costumbres sociales, muchos de ellos impuestos por los políticos anclados en el pasado.
    Les cuento un caso. Una persona mayor a la que conozco de cerca, necesita ser operada quirúrgicamente y la organización sanitaria en la que cotiza, le dió un plazo. Pasaba  el tiempo y antes  de que llegara la fecha prevista, le anunciaron una demora por fuerza mayor. Y así hasta dos veces más. Y la señora llegó a ser octogenaria. Ella misma confesó: "¡Ya no  tiene cuenta operarme!  Eso es lo  que buscan: que me muera para ahorrarse el gasto."
    Era cierto. La deducción era lógica. Las organizaciones sanitarias no están, en gran parte,  en su mejor momento. Crece la clientela a medida que él índice medio de vida aumenta;y  a medida que las migraciones se multiplican, o que se descubren nuevos tratamientos médicos, etc. No hay dinero para atender tanta demanda. La bonanza asistencial está, de seguir así, en trance crítico.
    La ciencia médica avanza. Llegará un momento en que, persona a persona,  se pueda diagnosticar anticipadamente la aparición y el curso de las  enfermedades que le pueden afectar  a cada uno. Se implantará el tratamiento preventivo de las enfermedades. Aparecerá y será obligatorio someterse revisiones previsoras. ¿Por qué? Por ser la forma de racionalizar el gasto y las cotizaciones. ¿O creen que ha de pagar igual el glotón que quien se decida por disciplinar su dieta?
     Anticipen el futuro. Compárenlo con la situación actual. Es el camino.
     Y los políticos hablando  de pequeñas naciones, que es cómo organizarse para  navegar a remo.
   

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