viernes, 17 de febrero de 2017

UNA RETENCIÓN INJUSTA

     Dos fechas atrás sostuve que para prever -y prevenir- contingencias futuras con efectos socio-económicos perniciosos, debiéramos reclamar, como ineludible, una reforma fiscal que permitiera reducir la presión tributaria sin tocar la tabla de impuestos al alza, como es costumbre.
    ¿Acaso es usted economista? me preguntará más de uno. No, ni podré serlo. Pero como uno ha vivido siempre al día para subsistir, valga la redundancia, se le pegan las cascarrias del  sentido común, que no es moco de pavo.
    Voy a tomar como ejemplo la parte más inocua  del "conocido popularmente" como impuesto sobre la renta de las personas físicas. En cada ejercicio hay un periodo de devolución de las retenciones, exigidas  en demasía por el Estado a los contribuyentes mártires. Es decir que el Estado maneja un dinero que no es suyo, sino del sufrido y modesto "paganini" al que justo le dejan respirar.
     Desde un puesto de vista financiero, el  Gobierno está recibiendo cada mes un dinero a cuenta; es decir un préstamo aportado por los trabajadores más débiles que nunca se reconocerá como tal;  por este préstamo circunstancial, nadie paga un mínimo interés, como suele hacerlo todo prestatario en favor del prestamista.
     Lo curioso del caso es que ese Estado,  no perdona una y si alguien se retrasa en el pago de sus contribuciones, que cuente con   un recargo sobre la cuota impositiva, en concepto de intereses por demora.
    Y otra curiosidad añadida: el contribuyente se siente beneficiado y distinguido,  se siente feliz cuando materializa la devolución, que la asume como si fuera un premio. En realidad ha sido un castigo inmerecido. Lo cual demuestra que el Estado se mueve por  rutinas y  a sus servidores -salvo excepciones, que las  hay- se le han cruzado los cables: les importa más el café a media mañana, que los desvelos tributarios del prójimo.
     Si el Estado cobra intereses por demoras, lo menos que puede hacer es indemnizar  con intereses, justos a los que se exige el pago por adelantado y en exceso.Por ser de justicia.
    ¡Y usted que lo vea!


















No hay comentarios:

Publicar un comentario