miércoles, 8 de febrero de 2017

ESA POLITICA LLAMADA IGUALDAD

     Hay noticias que parecen inventadas o inventos que parecen noticias. Hace poco -un par de días- un contribuyente domiciliado en Asturias, se quejaba de cómo le reclamaban los poderes oficiales de su Comunidad, 80.000 euros, tributo exigible por hacer recibido de sus padres -residentes en Madrid- una donación de 300.000 euros. Si hubiese residido  en Madrid,  el obligado por ese mismo impuesto, solo pagaría unos 800 euros.
     La igualdad es un principio defendido como irrenunciable por cualquier político que por las buenas se sienta ejemplar o paradigmático, justo, noble y generoso... Al final, con los pies "p´alante", todos iguales; aunque al vivir la historia, seamos unos "más iguales que otros", según idea  que popularizo el escritor George Orwell.
     "¡No hay derecho!",  decía el asturiano. Y por no mostrarse egoísta llevaba las consecuencias al terreno de la justicia social. Dicen que dijo: "Por ese camino Asturias se llenará de pobres y Madrid de ricos". Y el de Madrid, por su parte, fue más lejos cargado de patriotismo: "Si de la capital de España hiciéramos un Gibraltar, se elevaría el nivel de vida de toda España".
      O dicho de otra forma, por  la presidenta del Gobierno comunitario madrileño: "No quiero que la  capital de España sea un infierno fiscal".    
      Metido a político años atrás, estas cosas que ya se dibujaban en la transición, me llevaron a considerar, ¡triste de mí!, "soy un fracasado de la política". Lo único que me liberaría de penas mayores (posiblemente una condena a galeras) es que el sesteadero nacional está  lleno de de buenas a la par que inútiles gentes. En España se dice que mal de muchos consuelo  de tontos.
      ¿O es de todos?







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