lunes, 16 de febrero de 2015

ESTAMOS REMONTANDO UN CAMBIO.

    ¡Dios nos libre! Cuando leo a los más avanzados sociólogos, advierto que casi todos coinciden en avisarnos  que es iluso pensar en la recuperación de  situaciones que debemos dar ya por perdidas; nada más  alejado de la dura realidad que ilusionarse con épocas doradas, que tan poco fueron gran cosa.
    Para dejar las cosas claras:  el Estado que se anunciaba como garante del bienestar de las multitudes viene a ser una burbuja que ha estallado o está a punto de estallar  (caso de Grecia), a no ser que alguien la desinfle por etapas (puede ser el caso  de España). Aún más nítido: si alguien piensa que las sociedades de medio pelo -como la española- pueden contar con un Estado, en la mas amplia extensión del término, capaz de garantizar pensiones dignas para la mayoría, o medicina pública para todos, o remedios farmacéuticos sin límite, o enseñanza gratuita en todos los grados u otras menudencias asistenciales subvencionadas, es aconsejable que vaya enterándose de que, tal y como esos servicios están configurados, no se pueden sostener. No hay dinero para tanto como se promete.
    Y una de dos: cambiamos de modelo o, con lo que tenemos, se iniciará una lenta degradación, un arruinamiento  crónico que, bien mirada la cosa, ya está en marcha.
    ¿Y qué se puede hacer?
     Lo que han hecho siempre las gentes cuando viene mal dadas: ingeniárselas para ganar más y gastar menos. Habrá que dedicarse  a conseguir eficiencia en la escuela, en la preparación de profesionales, en la universidad, en las investigaciones y en las tareas de cada día. Y eficiente no es el que trabaja siguiendo  una rutina: es el que rinde;  una virtud poco apreciada en España.
      Al fin, es cuestión de acostumbrarse. Cuando no hay jamelgo, ya se sabe: ¡Carretera y manta! Y para eso sobran políticos, organismos  inútiles y monsergas. Por ahí va la idea: por reducir el gasto público innecesario y aumentar los ingresos del Estado empezando por meter  en fila, para que  se ponga al día,  a la ingente lista de defraudadores del fisco.

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