martes, 5 de septiembre de 2017

UN NACIONALISMO DE SAGRARIO

      Entendámonos: el "plurinacionalismo" -un Estado constituido por varias "naciones" federadas para formar la nueva España - hoy por hoy no es la solución deseada por el nacionalismo vasco ni por el catalán; para no ser de distinta condición los nacionalistas "enxebres" gallegos, tampoco pasarían por el aro.  Y no digamos nada de otras regiones con  propias y cultivadas características.
     Toda federación, hasta hoy constituida bajo ese nombre, tiene una sola ley de leyes para regirse. Y esta única Constitución no es la deseable para los nacionalismos de cuño ibérico,
     Tan cierta es la nulidad de esta versión como comprensible sería pensar en el fracaso de la propuesta socialista, por no cumplir los mínimos exigidos por  los nacionalismos históricos; a  no ser que se arbitraran normas de futuro prometedoras de la soñada independencia para cada una de las nuevas naciones. Ellos -los nacionalistas natos- hablan de pactos bilaterales. No quieren ser España.
     El "plurinacionalismo", nacionalismo federal, no existe. Cuando en  España pensaron en federarse en el siglo XIX querían una sola nación, donde los que se federaban eran los Estados. Constituir una confederación de naciones, cada una con sus propias leyes, salvo  un mínimo para hacer posible el uso de elementos comunes, como pueden ser ríos y mares, es - según el deseo de los nacionalistas catalanes y vascos; ya está siendo- como inventar la pólvora para lanzar misiles.
     ¿Pero no está la UE federando  Estados? Hoy por hoy no lo está haciendo. Si así fuera, cambiarían  muchas cosas de esta España nuestra.
      ¡Cuesta mucho convencer a los nacionalistas!  Vean el caso del Reino Unido. El nacionalismo es un acto de fe; es de sagrario. ¡Como nosotros nadie! Nos merecemos todo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario