jueves, 28 de septiembre de 2017

ARTIMAÑAS DEMOCRÁTICAS

     La Constitución de 1978,  vigente y en trance de ser interpretada a la medida, podría servir  puntual y cucamente para salir airosos del tiberio montado en Cataluña.
     Haría falta un acuerdo, o pacto o arreglo, cuya demanda no está al alcance de una Comunidad Autónoma cualquiera. Téngase en cuenta que Cataluña es un caso aparte, ya que puesta a jeringar podría  hacer mucho daño. Eso sí, tendría que superar un  proceso de difícil trazado que incluiría, siendo ortodoxos, la participación de todos los españoles en un referéndum para dar el último toque a su  pretendida separación de España.
     Proceso difícil, pero siempre hay una solución. Toda democracia tiene un portillo abierto para  la artimaña, siempre que no se pierda la elegancia ni el buen estilo
     Esta dificultad -dar con la trampa- no resuelta por los secesionistas catalanes, les está llevando al ridículo, que es como ponerse en calzoncillos para tomar el chocolate.
     Para recurrir a esta vía de la artimaña que contente a una gran mayoría -nacional, y extranjera- hay que contar con los unionistas españoles que son muchos, y el hecho de mantenerse en silencio no supone que estén muertos.
     Esto aparte,  el negro porvenir que nos amenaza va a llevar a los protagonistas del entuerto a consultar el tema con notables jurisperitos para ver si es posible, sin salirse del camino constitucional,  introducir algún tipo de reforma que podría apoyarse el art. 92 para posibilitar, en cierto modo, el  cierre de acuerdos bilaterales con las CC. AA, que así lo solicitaran, con garantías previas de no romper un nuevo modelo de unidad patria.
     El  artículo 92-1 citado, reza: "Las decisiones políticas de especial transcendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos". Con un retoque interpretativo, según los entendidos, podría ser útil.
     Los nacionalistas vascos, que no suelen concurrir a las reuniones de las autoridades autonómicas con las del Poder central, interpretan en privado que su "pacto" con  España es bilateral, puesto que el Concierto Económico es fruto de negociaciones debatidas y aprobadas, entre Euskadi (Navarra incluida) y las autoridades competentes del Reino,  en pie de igualdad, a solas. Puede que no sea verdad, pero cuela como auténtico. A los nacionalistas vascos nada se les ha perdido en convocatorias autonómicas de carácter genérico.
     No descubro nada nuevo. Al fin y al cabo, la transición democrática sobrevino cargándose las ¿inamovibles? Leyes fundamentales del Movimiento con una maniobra legal (cambiar la ley desde las leyes vigentes) con la que irían al ostracismo político -antes de nada-  los ilustres Procuradores en  Cortes de la era franquista.  Procuradores que en solemne sesión llamada "la del suicidio"aprobaron la maniobra para dar paso a la democracia surgida de una artimaña. Y se suicidaron. (Nadie les dió las gracias).
      En el caso  que nos ocupa algo habrá que cambiar para que todo siga igual. En política, los convencionalismos crujen por los cuatro costados. Pero pero ahí están.
      No soy partidario; simplemente, lo cuento.
   





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