miércoles, 27 de septiembre de 2017

NACIÓN CON MAYÚSCULA

        Por el simple hecho de vivir,  -como cualquier mortal- uno tiene  derecho a conocer  el significado de las palabras y conceptos a los que amoldar su existencia; derecho a conocer por imperativo legal -claro está-,  término que fue aceptado como potable, en prueba de lealtad a la Constitución española,  a electos de oriundez etarra que no querían ser españoles. ¿Se entiende?
         Para obrar  con lógica, uno consulta  el diccionario de la RAE (vigésima segunda edición) y para la palabra "plurinacional", solo recoge esta acepción: "De múltiples naciones". Desconfiado ante
tan breve resultado, intenta ilustrarse con el Diccionario de Manuel Seco y compañía y no varía: "De múltiples  naciones".
        Obligado a mirar el vocablo nación: "Conjunto de los habitantes de un país regidos por el mismo gobierno" (RAE), empieza a salir de dudas.
        España no fue un país de múltiples naciones, ni cuando la península Ibérica estuvo dividida en reinos, taifas, condados,  ducados y otros señoríos... porque no existía la nación con la titularidad que más tarde le sería reconocida.
        Cuando de verdad España, se proclama Nación con mayúscula -atentos al dato- es en las Cortes de Cádiz (1812). "Artículo 1º.: "La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios" Y cuando advierte,  en el Artículo 2º. : "La Nación española es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona.-
        Y lo curioso e importante,  porque resuelve todas las dudas, está  en el artículo 3º.: "La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales".Esta Nación, era España.
        Uno, si pone voluntad y unas gotas de sentido común, advierte que  la Nación española asume esa condición de soberanía, frente a los reinos patrimoniales y otras figuras del  mismo corte, por primera vez, en 1812, Cortes de Cádiz.
        Duró poco, eso es cierto, porque aquí -reconozcámoslo- somos propensos a ver  y desear, aunque las pasemos canutas, pero no a perdurar.
        Y sobre todo, los que de casa grande descendemos,  comemos  tarde o  no comemos.
         Casa grande: todos "nación" o ninguno.
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