viernes, 11 de marzo de 2016

EL ASTUTO Y EL APUESTO EN LUCHA

         El astuto mandamás de PODEMOS y el apuesto secretario general del PSOE, con la ayuda de sus respectivos  compadres y distinguidos conmilitones, hicieron cálculos tras las últimas elecciones y llegaron a un misma conclusión: entre socialistas, podemitas,  comunistas y alguna ayuda marginal, tenemos, todos revueltos, más votos que el PP lleno de cuitas.
         Era verdad en términos contables. Y sin embargo la realidad, traducida en poder o no poder, estaba a favor del PP,  ya que con su mayoría absoluta en el Senado podía controlar cualquiera de las iniciativas de  cambio  ideadas por  sus adversarios. Por muchas vueltas que le dieran, lo más sustancial de sus promesas, podría verse aplazado..
        El  apuesto secretario  con sus denuestos, y el dubitativo y premioso presidente con sus cuitas, saltaron a la palestra: el primero para decir "aquí estoy yo, con un par"; confundía el valor con la temeridad, ya que habiendo perdido las elecciones y siendo el candidato socialista peor votado desde que se instauró la democracia, se sentía capaz de alzarse como mandamás del Reino sin reconocer sus limitaciones;  y el segundo para,  advertir al pretendiente:  "de eso nada, porque, aunque llegaras a presidir el Gobierno no ibas  a comerte una rosca".
       ¿Y qué  hace el astuto podemita que ya se postulaba como Vicepresidente de un futuro Gobierno izquierdoso de España?  Prepararse para mandar tras unas nuevas elecciones. Pasa por ser el amo de la corrala izquierdista; lleva la etiqueta, la marca de populista a la europea. Al socialismo imperante se le ofrece ese dilema: se deja  seducir  por los arbitrios puestos en juego por el podemita para alzarse con la Presidencia de un nuevo Gobierno podemizado,   o  se derechiza.
      Un panorama de película. "El apuesto y el zorro", con más espectadores que los "Ocho apellidos vascos".  ¡Y a qué precio! El apuesto no quiere soltar el queso y el astuto no tiene prisa porque espera alzarse con todo en unas pròximas elecciones.
        Siempre nos quedaría  el recurso de que el PSOE como partido,  se decidiera  por prepararse para unas nuevas elecciones y dejara de dar la matraca con su  frustrado matrimonio ciudadano. A no ser que se derechice para ir de la mano con el PP.
        Pero el PP -sin iniciativas con las que afirmar su vigencia- parece incardinado en el limbo de los justos y -la verdad-  en esa nube nadie se  prepara para ganar unas elecciones. ¿O creen que les bastará con reeditar un programa que ya nació muerto para el recorrido electoral  ya vencido?
       El PP bien se merece otra reflexión.      
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