miércoles, 26 de octubre de 2016

¿QUIÉN MANDA EN ESTE PERRO MUNDO?

     Dándole vueltas a la cosa, aquí, en este perro mundo ¿quién manda? ¿Quién, realmente, es el dueño de la varita que dirige la descompasada marcha de los seres humanos hacia no se sabe dónde?
¿Qué pueden hacer los pequeños países como España para no perecer en la estampida?
     Pues verán: sólo veo tres fuerzas que manejan el globo terráqueo: el imperialismo armado, el convincente dinero y la controlada escuela. Las tres fuerzas, por separado, son capaces de mantener a millones de seres sometidos a la guerra,  al hambre, a la ignorancia.¡Valen para poco cuando se trata de la felicidad personal!
      Pero la escuela ¿no está reñida con la ignorancia? Sí, claro. Pero, quiérase o no, la escuela está unas veces abandonada y otras manipulada por las más egoistas doctrinas; por lo menos en la reducida parte del mundo que  conocemos.
       Las grandes migraciones que se detectan en nuestros días están provocadas por la guerra y por el atractivo económico de los países ricos. El gran chasco de las multitudes migratorias proviene de su ignorancia: la de creer que alcanzada la meta tras mil aventuras y desgracias, han hecho méritos para ser felices. No es así. Sufrirán su marginación durante generaciones. Lograrán niveles de vida, pero no de aprecio, salvo contadas excepciones.
      Yo no condeno: constato.
       ¿Hay remedios?
       Si partimos del hecho de que el hombre es lobo para el hombre,  no hay remedio. Aquí entra en juego la escuela. No la escuela que trata de imponer la caridad de los ricos en favor de los pobres; eso es hipocresía. Ha de ser la escuela que enseñe a los pobres a superar con holgura su pobreza en su país originario por  una doble vía: la austeridad y el ingenio. Lo cual exige mucha pedagogía y gran empeño en el plano individual sin perder de vista esta realidad: nunca se arreglan problemas con cañones y codicia.
       No son ideas propias. ¡Me las han soplado!  








   

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