lunes, 3 de octubre de 2016

ATORMENTADAS CLASES MEDIAS Y BAJAS.

     Acogiéndome a la libertad de expresión, voy a dar un perfil particularista y personal al concepto del "interés general": es algo indefinido que se ofrece por los políticos como remedio contra todos los males. Es un un buen deseo aunque de muy difícil cumplimiento.
     He leído no hace mucho que los excedentes de leche producidos en  España quieren remediarse subsidiando a los ganaderos que se comprometan a reducir  el nùmero de cabezas de vacuno. Puedo estar equivocado pero este modo de regular los mercados frena la competencia en perjuicio del consumidor. El "interés general", pasan a pagarlo los más débiles: en un caso,  los  lecheros de menos relieve (porque la producción láctea en pequeña escala no es rentable);  en otro,  las familias de menos recursos  (porque se reduce la competencia y el producto se encarece).
     Creo que una gran parte de las "clases medias" y de las "clases bajas", es decir aquellas formadas por personas y familias que luchan, con poco medios, por alcanzar un cierto nivel de vida económico y cultural, poniendo en el intento su iniciativa, interés y empeño, es el más sacrificado sector que contribuye al mantenimiento del Estado (que incluye al Poder central, al autonómico y al municipal; todos son Estado) y por ende a todos los contratados por estas administraciones.
     La evolución democrática, - tendente a fomentar el bienestar de la sociedad, el "interés general"-, se obliga a mantener un amplio sector público que asume la prestación de distintos servicios; principalmente los de enseñanza, sanidad,  haberes pasivos;  y muchos más.
     Esta realidad genera un cierto desequilibrio económico: los compromisos  adquiridos por el Estado en toda su amplitud, generan gastos que terminan por acrecentar el déficit. Para evitar este desequilibrio hay que aumentar  las cuotas o tributos  con los que sostener éstas y otras prestaciones sociales o acrecentar la producción y  venta de bienes y servicios.
    La presión tributaria actúa como elemento disuasorio sobre la iniciativa privada; iniciativa a cargo, principalmente de  emprendedores concentrados en la clase media que, puestos a elegir, prefieren retraerse a tener que soportar pérdidas generadas por una mayor voracidad impositiva.
     Así que los buenos deseos sobre la implantación del "interés  general" son tan quebradizos,que mejor no mentar la bicha entre gente escarmenada.
     Podría ensayarse por el Estado, la reducción del número de personas receptoras de las prestaciones sociales, es decir podrían aplicarse recortes , pero políticamente esta decisión iría contra el "Estado del bienestar" con los consiguientes efectos paralizantes de  iniciativas proyectadas por los  políticos.
     Los dos fenómenos, merman  las posibilidades de la clases medias y bajas.
     Este hecho es constatable en la sociedad española. El proyecto de la igualdad de clases, llevado a las últimas consecuencias, degenera en  una  pobreza generalizada, que ya  la están viviendo otros países  y que podría asentarse en España. Esa pobreza se nutre de clases medias que pierden poder adquisitivo.
     Los ricos se salvan porque si nadie les da garantías, se van con la música a otra parte. los pobres se verán más pobres,  porque cuando un país no funciona,  se reducen las prestaciones, aumenta el paro y se deteriora el nivel de vida.
    Parece mentira que ante las contingencias vividas y las que se anuncian, no se haya creado un "lobby" en defensa  de las clases medias y bajas que son las que pagan los vidrios rotos...


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