viernes, 27 de noviembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA

       UN SILENCIO ELOCUENTE.- La Guerra de Iraq en la que España participó con licencia de las Naciones Unidas cuando ya había caído Bagdad, fue hábilmente utilizada, sobre todo por el PSOE, para derrotar electoralmente al PP en el primer intento de Mariano Rajoy para presidir el Gobierno de España.
       La participación aludida y el atentado terrorista de Atocha del 14-M en vísperas electorales, cuya autoría se adjudicó por el Gobierno del PP a ETA, ayudado por una colaboración mediática tenaz pero errada, facilitó que aquellas elecciones generales dieran paso al triunfo electoral del  PSOE y a la formación de un Gobierno presidido por Rodríguez Zapatero. Algunos lo ignoran y otros lo olvidan:   ese Gobierno  y el que le siguió dejaron a los españoles dos crisis: la económica social y la territorial de Cataluña. ¡Dos desgracias que aún colean!
      El Gobierno más castigado mediáticamente desde que se instauró la democracia, ha sido el que preside Mariano Rajoy. Es verdad que se dieron razones para ello, pero la  herencia recibida del PSOE ha hecho historia. Perdiendo se aprende.
      Los comentaristas políticos, tras el reciente atentado terrorista en París, se encuentran ahora con una situación parecida en un punto concreto: Los dos atentados han venido a coincidir con un período electoral decisivo.
     España está obligada, por solidaridad, a colaborar con la nación  vecina. El caso que urge a la formación mediática, es averiguar si esta colaboración va o no a comprometer  a las fuerzas armadas españolas en esa guerra que se anuncia. Ahora, el Presidente del Gobierno de España, cautelarmente no responde, y algunos lo quieren condenar por su silencio.
    ¡Qué verdad tan grande! Los políticos son esclavos de sus palabras y dueños de sus silencios. Y
esclavos de sus promesas electorales. Se podría escribir un libro.
     El de Rajoy es un silencio elocuente.

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