martes, 17 de noviembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA

     TERCERA GENERACIÓN.- La Unión Europea no acaba de atender ciertas demandas que están latentes, aunque pidiendo a gritos que se les preste atención; una de éstas, se relaciona con el desbordado fenómeno migratorio. Cientos de miles de personas, por causas diversas, abandonan su país de origen en busca de  condiciones  más favorables donde hacer su vida y la de su familia.
     Al no existir un departamento común europeo desde el  que se regulen y ordenen estas migraciones, los problemas -tanto para los que se trasladan como para quienes se disponen a recibirlos- se multiplican y dan pié a situaciones a todas luces injustas.
     Entre estas situaciones está el terrorismo islámico. No es casualidad que los países más desarrollados, donde se asentaron a lo largo del tiempo emigrantes árabes, estén entre los preferentemente elegidos para victimizarlos por medio del terror. No es casual, del mismo modo que, entre los victimarios, abunden los nacionalizados en países europeos, tercera generación de emigrantes árabes.
     Resulta simplista decir "estamos en guerra"  y recurrir a dar la respuesta clásica: contra la guerra  más guerra;  que es como decir más sufrimiento, más dolor, más muerte.
     Hay  que regular las migraciones -para empezar- y esto exige cierta generosidad calculada y pactada con justicia y equidad entre país pobres, países de clases medias y paraísos financieros.
     La Unión  Europea está en la lista. Por eso está obligada a pensar y a trabajar para vivir en paz.
    Y bien mirada la cosa,sobran organismos que pueden atender la solución del problema. Falta voluntad de acierto.

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