jueves, 19 de noviembre de 2015

DIVAGACIONES DESDE VASCONIA

      LA ENSEÑANZA LIBRE.- La Constitución  española reconoce la libertad de enseñanza, la de creación de centros docentes y la que tienen los padres para elegir a los profesores de sus hijos. Sin embargo, a la hora de la verdad son escasos los españoles que pueden servirse de estas libertades; de poco sirve la  proclamación de estas libertades, si  no sirve a las gentes en su diario quehacer.
      En este caso, sirva de ejemplo que de nada sirve modificar un texto constitucional, si luego nadie exige su cumplimiento; o -algo mucho peor- si no se siente la carencia de esas libertades.
      A nadie puede extrañar que  ciertos  partidos políticos se inclinen por la enseñanza pública, porque es la forma de adoctrinar en sus principios y valores a  los escolares desde su más tierna infancia. Tras la doctrina están los votos. Tras los votos el poder.
      Lo que roza el absurdo es que los padres no miren la realidad que les rodea, en la que importa más la doctrina que la ciencia; o tal vez suceda que les interesa más una escuela convertida en refugio para que sus hijos no den la guerra en casa, que en un centro  donde aprender a costearse su propia existencia y ser útil a los demás.
      Periódicamente el informe PISA divulga un índice de conocimientos de los estudiantes pertenecientes a naciones de la OCDE. Los españoles vienen desde hace tiempo estando entre los peor clasificados. Ningún padre, que se sepa, ha hecho caso de esta voz de alarma. Parece no preocuparles esta triste realidad.
      ¿Y de que  sirve tener buenos futbolistas si la mayoría de los  españoles no viven de esa profesión?
       Tantas manifestaciones como salen en España a llenar calles y plazas, ninguna lo hace para mejorar la escuela conforme  a los dictados de la Constitución. Esta libertad, en importantes países, ha servido para elevar elevar el nivel cultural de sus pueblos y, de paso, su nivel de vida..

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