jueves, 1 de marzo de 2018

A OTRO HUESO CON ESE PERRO

     ¿Estado de bienestar? De acuerdo. ¿Gratuito para el beneficiado? Magnífico. ¿Ampliable a todo pichipata  que llegue de fuera? Estupendo.  ¿Bla, bla, bla? Seguro. Falsas promesas.
      España carece de los medios necesarios, de los elementos productivos, de la formación  ciudadana, de la experiencia metódica, de la democracia auténtica  que funciona en los países más avanzados, tal que Suecia, o Dinamarca, o Suiza.   Con su rigurosa forma de ser y obrar han hecho posible la economía del bienestar social.
      Pero a mí, que soy de pueblo y además escarmentado, me llevan a deducir: ¿Bienestar en España?Y a exclamar ¡Qué  verde lo están segando! El bienestar a la sueca cuesta un dineral y nadie dice, en la España que prometen,   de dónde van a sacar la pasta para un país donde son pocos los que hacen  cuentas  y muchos los que gastan lo que no tienen;  y muchísimos más los que no tienen qué  gastar.   
      El buen hacer de los pueblos, las bases,  conduce a prestar a precios comedidos, y en ocasiones gratuitamente, bienes y servicios calificados de imprescindibles, a todo ciudadano,   en tres sectores básicos: el retiro pensionado, la sanidad con  farmacia incluida, y la enseñanza gratuita.
     Claro está: antes echan  cuentas;  y cuentan con ciudadanos cumplidores, o sea bien educados  en  la disciplina cívica. Y así funciona la cosa durante décadas, lo que significa que es necesario revisar las normas de rodaje con cierta periodicidad. para no desviarse de una disciplina  necesaria.
     ¿Disciplina en España y en otros países mediterráneos? ¿Políticos que van a dejarse la piel por implantar la justicia social?
      ¡A otro hueso con ese perro!

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