jueves, 22 de marzo de 2018

EL CRECIMIENTO ECONÓMICO

     La sensación de  un gran número de personas que viven la actualidad española, es pesimista. No ven, no esperan gran cosa de la menguada talla  (van dejando pruebas) de  políticos y regidores que nos han tocado en  suerte a los españoles constitucionales,  de una parte, y secesionistas, de otra, aunque todos comiendo de la misma olla.
     El conjunto de dificultades que -referido a España- se ha venido acunulando en los diez años largos de crisis para implantar empresas, unido a cambios tales como el que induce a los contados ahorradores, que aún viven,  a no invertir, dado el clima político inestable que nos acecha,   nos ha conducido a que  solo los grandes capitalistas y contados personajes que dominan el tema, lleven su dinero a  negocios compartidos, donde más que el valor productivo del bien o servicio en venta, esperan la ganancia a través de un proceso especulativo del accionariado.
     La falta de inversores unida al reducido rendimiento de empresas de poca monta que aún perviven,  induce a solo contratar los servicios laborales temporeros,  a bajo precio salarial y en negro si se puede,  y esto no soluciona la pobreza que ya vuela, ni tampoco sirve para un resurgimiento.
      Para colmo de desdichas, -si la información no engaña- hay un pacto con la UE según el  cual  España tiene que reducir la tasa de desempleo, para el año 2020,  al 11,9% del conjunto laboral; y de paso queda obligada a reducir el déficit de un conjunto de prestaciones sociales,
      Pedir ésto a un País cuyos gobernantes están colgados de un guindo, incapaces de reducir los gastos superfluos, al tiempo que se recrean en mantener un sector público hipertrofiado, nos lleva a pensar en las peras del olmo.
       Lo malo de esta situación es que no hay donde elegir. Los electos salvo excepciones -y a esto lo llaman democracia- cuentan con su mediocridad y la nula conciencia ética de sus rivales para mantener un debate permanente sobre   timos y latrocinios que ya están sometidas al  poder judicial.
     ¡Con la falta que nos hace un buen gobierno y mejor oposición! ¡Que se lo pregunten a los jubilados! Claman, para que se haga justicia con sus pensiones, orillando a los políticos.
     ¡Y no les da vergüenza!





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