sábado, 10 de marzo de 2018

EQUIDAD FRENTE A IGUALDAD

     No creo en la igualdad  formulada por sistema como si nos dieran agua bendita. En consecuencia,,  no es justo, ni equitativo ni saludable  que a todos por igual se apliquen las  mismas manías politicastras, que no leyes, por el simple hecho de mostrar nuestra condición de seres humanos. De verdad, a las mujeres  corresponden derechos distintos y mejores que los reconocidos a los hombres. Se lo merecen.
      Empecemos por constatar un hecho,  una realidad que distingue a la mujer del hombre: su espíritu maternal. Ellas están preparadas y dispuestas  para hacer posible la pervivencia de la especie, de los seres humanos; una misión delicada y sensible vedada a los varones. El hombre labora y colabora en tal tarea, pero no es igual, no es lo mismo. Y aunque el avance de la ciencia pudiere llegar a prescindir del trámite maternal, nunca -repito-sería lo mismo. La parte anímica proporcionada por  la madre en favor del hijo, malamente se puede sustituir ni mecanizar.
      Y al padre ¿qué papel le otorga la naturaleza?. El de inseminador. Si por ellos fuera y contasen con medios económicos, buscarían la forma de vivir en un encantador serrallo. No es nada nuevo. Lo cual agrava y no  resuelve las correosas "desigualdades", que no son tales, sino graves injusticias
impuestas por el más fuerte. 
       Lo expuesto no impide, si no todo lo contrario,  reconocer a cada uno -hombres o mujeres- los derechos y equidades que emanan de su condición,  como seres humanos que son en un país civilizado.  Y la equidad, no  es igualdad. Al aplicar la equidad se hace justicia.
      Pero ¿dejaríamos sin asistencia a las mujeres  que sufren  la violencia sexual imputable a machos incontrolados? No. Reconozcámoslo: no es un  problema de igualdad; es una injusticia sádica.          Corresponde aplicar la ley con rigor; es decir, hay que contar con medidas eficaces,  hoy por hoy poco divulgadas.
      Item más: ¿dejaríamos que a las mujeres se negara un puesto de trabajo  por su   posible  y  futura maternidad? No. Procede dar solución a cada caso, comos se hace ya en algunos países donde funciona el estado del bienestar. ¿Por qué no se preparan -padres y madres-   para colaborar con las escuelas en la  formación de sus hijos, debidamente ayudados por el sector público? En peores garitas
se pierde el dinero de todos.
     Y no se olvide: por la vía educativa, y no con procesiones, suelen alcanzarse buenos niveles de igualdad sin caer en la pobreza.

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