lunes, 26 de marzo de 2018

TRABAJOS PRECARIOS Y MAL PAGADOS

     La queja está generalizada y con razón: el paro disminuye, pero esta mejora peca por su precariedad y  sus salarios reducidos. La causa está en que  sobra la oferta de mano de obra  y
ha mermado el número de empresarios creadores de puestos de trabajo. Todo porque concurren una serie de circunstancias en la España actual que paralizan las iniciativas privadas.
     ¿Por qué no hay emprendedores? ¿Por qué no hay inversores ni un ambiente favorable para que surjan en la actualidad?  Vuelta a empezar:  porque concurren una serie de circunstancias  que propician la inestabilidad político-social y se corre el riesgo de perder la inversión y llevar a la ruina al  emprendedor.
      Por eso se paralizan las iniciativas de cierta dimensión  laboral. Prosperan, sí,  las grandes empresas multinacionales o las muy pequeñas de ámbito familiar. Pero en ambos casos, los puestos de trabajo están contados y sus titulares muy identificados con sus promotores: no  necesitan sindicarse. Los beneficios llegan para todos si la empresa funciona, y no por justicia social; es por pura y mutua conveniencia. Y si  no funciona, cambian de aires o se cierran por la vía rápida  sin más contratiempos.
       No hay empresas suficientes para  cubrir la demanda de trabajo, sobra la oferta laboral y los salarios se degradan.
       Muy sencillo para algunos  políticos: si la iniciativa privada no funciona,  promovamos  la iniciativa pública. Se acabó el empresario capitalista.
       La solución está  en marcha.  Los partidos populistas -pese a lo predicado en sus proclamas-.no pueden prescindir del dinero y anuncian el más equitativo reparto, claro está, una vez  atendida la "necesidad" de sus jerarcas cuando detenten el poder. El resto del país, si se empobrece es por culpa de los  ricos que han  huido.
      Y claro está, también: tal y como  funcionamos en España, la respuesta del poco capital activo para  pequeños o medianos negocios, bien  llega por vías innovadoras a encontrar soluciones, o no llega. Es decir, nos pondremos al borde de que triunfe el populismo. Aparecerán -está sucediendo- nuevas fórmulas de servilismo. Nuevos jerarcas, ahora con puertas correderas.
      La política en España está cayendo en los pecados ya ensayados en pasados tiempos.  Se maltratan los políticos unos  a otros, se  movilizan las masas,  se proclama la  "no violencia";  pero traen la guerra  que la sufrimos y pagamos todos.
      Esta pérdida de tiempo, de salud y de dinero,  está ya en marcha. Muchas gracias, señores políticos, por lo bien que lo hacen.


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