martes, 27 de marzo de 2018

EL PODER JUDICIAL

     Mantengo un encuentro,  sesgado por una política navajera, dado al análisis de la realidad que  vive  España, Un interlocutor subraya; "no se puede judicializar la política", Y añade: "No se puede privar a los políticos de su tarea: dialogar y negociar entre ellos hasta entenderse".
     Pregunto:"¿Y  si  no se entienden?".  Me responden: Se encierra a los  negocIadores en  una sala incomunicada de la que no saldrán sin una solución pactada".  Repito: "¿Y si no salen, y una de las partes quebranta la ley para resistir en sus posiciones?" "¿Qué se puede hacer?"
     Me contestan: "Se puede recurrir a un Juez" . Al final eso es lo sucedido. Pero la intervención judicial ha creado multitudes descontentas que sostienen:  "No hay razones que justifiquen el enjuiciamiento del caso".
     Y así se inicia una  campaña de respuesta que tiene historia, que se empeña en que la Justicia instituida no funcione, que sigue  renegando de la autoridad  competente, también del Poder Judicial y quieren, en suma, ser protagonistas de ese Poder en todas sus variantes.
     ¿Y que hace la Nación de naciones?  Mantenerse  al pairo. Poner proa frente a las olas con poca vela, solo para aguantar la marejada.
      La pregunta nace sola:¿Qué hacen "los otros", sus contrarios?  Poner la embarcación a toda vela, a favor del viento, sin rumbo fijo,  aunque naufrague la nave.
      Por supuesto: cuando las cuentas no salen se cargan a la madre Patria. Las pagamos todos.
      ¡Adivinen ustedes quién iba a celebrar  la derrota que supone el hundimiento de la nave llamada España! ¿Y quién pagaría la restauración?
       A buen seguro todos, en especial los más inocentes, que están callados porque no quieren enredar más el tinglado con su participación en la "fiesta".
       Nadie quiere la violencia, pero mucho menos los que guardan silencio.

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