martes, 25 de febrero de 2014

NARRATIVA E HISTORIA

Por los años treinta y cuarenta del siglo pasado, en casi todas las películas de contenido histórico filmadas en los EE.UU., el relato venía precedido de un latiguillo que se hizo popular: "Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia". Es posible que este aviso fuera la sesuda solución que algún despacho de abogados arbitró ante posibles reclamaciones de particulares, afectados por narraciones que no eran favorables a su biografía. El pasado domingo tanteaba con el mando del televisor a la busca de algún programa interesante y me encotré con una versión inédita del asalto y retención protagonizada por Tejero, en los años ochenta, en el Congreso de los Diputados. Supuse -equivocadamente- que su autor cumplió -como era lógico- con la norma americana; pues no, no lo hizo y muchos espectadores, después de tragarse el anzuelo, se cabrearon y hablan pestes del aludido autor y sus colaboradores. Por mi parte, en un principio caí en estado de perpeljidad, pero cuando me llevaron a un gran salón, creo que del Colegio de Médicos, elegido para ensayos de no sé qué escenas por parte de significados Diputados, caí en la cuenta: esto es mentira porque si fuera verdad, a Pedro Jota -que ya daba guerra en esas fechas- se lo habría filtrado alguno de los participantes. ¡Y ríete! El relato daba para tres años cultivando los mas raros estilos periodísticos para gozo del magnífico y nunca bien ponderado Don PJ. Por otro lado este periodismo de comnpromiso, -del que se enseñan las entretelas en más de una tertulia- descuida demasiado la relación causa-efecto. Ejemplo: si murieron quince inmigrantes en aguas de Marruecos, y las bombas de humo y pelotas de goma no sobrepasaron la línea límite de las aguas españolas ¿por qué esa insistencia en relacionar ambos sucesos? Los efectos buscados por la supuesta verdad resucitada por EVO -represtigiar a la monarquía- no casan con los medios puestos en juego. El riesgo del chivatazo era demasiado grande.Y lo que no puede ser,no puede ser y además es imposible, que dijo el genial torero.

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