jueves, 27 de febrero de 2014

1 - VITORIA, SEGÚN LA VEO

RESUMEN DE UNA IDEA. Soy alavés y desde los diez años he vivido en Vitoria. Como sucede en todos los pueblos de España, he sido adoctrinado para venerar a mi ciudad. De forma casi espontánea, pero siguiendo precedentes descubiertos por otros vitorianos, me han enseñado a conocer y respetar los símbolos del vitorianismo clásico: la Virgen Blanca y Celedón, la devoción cristiana y el dios pagano o ídolo o invocación mágica, o las tres cosas. Para completar ambas devociones se fueron fraguando sendos ritos, sonidos explosivos evocadores, músicas, pinturas, imágenes, festejos y patrones de comportamiento, a los que no será fácil sustraerse si uno es vitoriano. Los visitantes de esta noble y leal ciudad de Vitoria tendrán, a nada que lo pidan, la ocasión de identificarse con este ritual. Este enriquecimiento será muy positivo para comprender la singularidad vitoriana, cualquiera que sea la religión que practique o el partido poliítico al que esté adscrito el visitante. Personalmente, sin dejar de reconocer el mérito de mis coetáneos, he de confesar mi heterodoxia. O sea, sin ser un descastado, me encuentro en Vitoria ciertamente satisfecho, sin necesidad de apoyarme en esas tradiciones -que respeto, faltaría más- gracias a otros recursos y a otros valores que me brinda la historia; recursosy valores que están ahí, a la vista de quienquiera consultarlos y tenerlos en en cuenta. Mi idea era, antes de profundizar en el tema, pedalear para hacer costumbre en estas novedosas pistas que nos brinda internet, para luego, poco a poco, ir pincelando -a grandes trazos- un Vitoria sencillo y grato, aunque no siempre confortable, tal y como lo veo. Se lo dedico a los vitorianos deseosos de un encuentro amable, sin dejar de ser crítico, con su ciudad. Pedro Morales Moya

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