miércoles, 26 de febrero de 2014

LA NACION Y SUS POLÍTICOS

Hemos tenido la oportunidad de ver y oir a nuestros politicos desgranar sus preocupaciones en el intento de lograr que sus compatriotas del montón alcancen la felicidad, siquiera sea en grado de tentativa. Para resolver los complejos problemas que nos acucian, deberían los políticos cambiar de actitud, y en vez de andar a la greña para mutuo desprestigio, sería más útil ponerse de acuerdo en media docena de puntos básicos y dar con las soluciones que más nos urgen, entre las que sin duda está la del paro. La solución de este problema pasa a segundo plano porque más interesante que resolverlo está la posibilidad de utilizarlo como flagelo partidista, en desprestigio de los que tienen la responsabilidad directa de crear puestos de trabajo. Dentro de estas coordenadas el debate sobre el estado de la Nación solo sirve para formular esta pregunta, ¿quién ha ganado?, como si la respuesta encerrara la solución de todas las cuestiones expuestas. El giro revanchista que se ha impuesto entre los oradores, aconseja un cambio. Tal vez, si la intervención de cada político se dirigiera al público que sigue el debate -y no a sus compañeros de cámara y a su líder-, se suavizaran las intervenciones y solo con esto serían más constructivas. Políticamnte estos debates recuerdan las charlas de café del siglo XIX.

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