martes, 19 de junio de 2018

LA RESPUESTA DE LA CALLE

      En los países de medio pelo como España -donde hay más pobres que ricos, dicho sea de paso- la reacción del pueblo llano ante acontecimientos que la "mass media" cataloga con razón como humanitarios, no es coincidente. Es el caso de una mayoría larvada de españoles que reniega a los inmigrantes, si no de hecho si de palabra, el derecho a vivir con  normalidad.
       Por un lado, un sector social avanzado crea un clima de tolerancia en favor del forastero desvalido y por otro gran parte del pueblo raso rechaza sin piedad al pobre de casta española.
       Pero,  además, en las zonas mejor dotadas de la Península se detecta un fenómeno parecido  que lo padecen los españoles emigrantes dentro de casa.  Víctimas caseras (podrían llamarse), cada día más pobres porque en pocos años han perdido capacidad adquisitiva; se sienten desvalidos y además se avergüenzan por serlo.
      Este  es el caso. Mientras los países ricos del centro de Europa -por citar a alguien-  escurren el bulto, en España echamos las  campanas a vuelo y  tiramos cohetes para que se vea lo buenos que somos con los extranjeros..
     Esta es la realidad escuetamente. expuesta. Seamos conscientes: cuando una realidad injusta perdura en el tiempo, se está preparando el estallido en la calle.
     O sea que en España tenemos dos problemas: el primero y más importante: el de la riqueza mal repartida que nos hace pobres y el de la pobreza importada que nos  hace aún más míseros y nos va a llevar a comer hierba
    ¿Y usted qué haría? ¿Aumentar la plantilla de políticos? ¿Confiar en lo que haga Europa? ¿Imponer más tributos? ¿Machacar  a las clases medias?
     Y lo peor del caso: ¡Cómo nuestros políticos presumen de ser los apóstoles de la justicia social!

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