EN PIE DE IGUALDAD

     
    Les ruego se detengan a observar la tendencia, de algunos líderes del PNV (Partido Nacionalista Vasco),  a proponer como solución a sus demandas independentistas, un acuerdo bilateral con España en pie de igualdad. Es decir algo así como sentarse ante una mesa, vascos y españoles, bajo las mismas condiciones, para aprobar un documento satisfactorio para ambas partes que podría derivar hacia un régimen confederado.
    Ellos, los nacionalistas vascos aludidos, sostienen que no hace falta modificar nada, que bastaría con recurrir a una nueva lectura del texto constitucional vigente  y una interpretación más flexible del mismo, para llegar a un acuerdo confederado entre España y Euskadi. ¡Y asunto resuelto!
    Confederarse supone que los países interesados en cerrar el trato, están  ya, de partida,  en igualdad de condiciones.  No es el caso. Y si lo fuera, a una nación -Euskadi-  independiente y soberana no le tendría cuenta confederarse con España;  lo haría directamente con Europa.
    Además, partiendo de ese principio -flexible interpretación del texto constitucional- este paso serviría de estímulo a otras Comunidades autónomas y todas tratarían de convertirse en una confederación al estilo ibérico, donde prospera fácilmente el criterio de "aquí jugamos todos o se rompe la baraja".
    Los españoles -vascos y catalanes incluidos- hemos preferido las guerras  y  un ambiente  hostil (a mi me dieron un saco, dijo alguno)  a un deseo de prosperar a base de escuela, que nos enseñe y eduque para vivir en paz por las buenas y no a base de tantas leyes. ¡No hay quien soporte la carga de dieciocho parlamentos o cosa parecida!
    Porque sin salirnos del tiesto, no me creo que pueda  sostenerse un estado de bienestar que cargue al mismo tiempo con una plaga político burocrática, como la que se ha montado en la España de las autonomías. ¿Quién se lleva la tajada del león?
   Ya me dirán si encima  confederan a los pueblos y regiones con la categoría de nación. No estamos en Suiza.