lunes, 4 de junio de 2018

EUSKADI POR SU INDEPENDENCIA

     En el año de 1893, tres de junio, unos cuantos <Euskalerriakos> (fueristas, liberales, monárquicos centralistas e indiferentes ante credos religiosos) invitaron a   Sabino de Arana y Goiri (vasquista hasta  crear la nacionalidad propia, católico a machamartillo y alejado del centralismo borbónico)  y  a su hermano Luis a una merienda cena,  para comentar el contenido del libro, "Bizcaya  por su independencia" obra sabiniana con la que quería expandir su doctrina.
    Se trata de la reunión celebrada en el Caserío de Larrazabal que ha pasado a ser historia y que Sabino de Arana consideró como infructuosa: cuenta que hubo un desencuentro por declararse católico, cuando los <Euskalerriakos> -concretamente Ramón de la Sota (acaudalado interlocutor) dijo:  "Dejémosle a Dios, que está muy alto para que se ocupe de nosotros".
     Para Sabino de Arana, ser liberal, españolista y no creyente colmaba cualquier principio de tolerancia. Pero..., la política consigue emparejar a  los conceptos más dispares, a los más opuestos compañeros de viaje y a las más extrañas compañías de cama.
     Sabino, al paso del tiempo, se hizo muy amigo de Ramón. Y éste, de ser un liberal, agnóstico y españolista, pasó a ser nacionalista  vasco. Casi al mismo tiempo, Sabino, vino  a  recomendar a los nacionalistas, (en <La Patria>,  22-06--1902) que "reconozcan y acaten la soberanía española"" y a "pedirles un último voto de confianza para redactar y exponerles el programa completo de un nuevo partido vasco que sea a la vez español, que aspire a la felicidad de este país dentro del Estado español..."
      ¡Así es la vida!
      Han pasado más de cien  años. La riqueza del hierro vascónico ha desaparecido. El poder  monárquico se ha reducido a la mínima expresión. La plutocracia bilbaina se ha esfumado y la que perdura se ha globalizado, es internacional. La instrucción pública está mediatizada. El clero ha perdido fuelle y hasta se plantea la conveniencia de promover seminarios de sacerdotisas. La procreación de niñas y niños vascos se a ido a pique; uno o dos por familia como máximo. Las sociedades gastronómicas vascas son un goloso veneno que acaba con los sexagenarios. El culto a la raza, tiene esos inconvenientes: la población vasca pura disminuye, se mistifica...  Falla la hidalguía y el repuesto no puede ser más heterogéneo.
      Y el poder de vía  ancha, está donde estaba, ahora vestido con ropajes internacionales; globalizado  y machacando al débil.
       Ya hablaremos...


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