sábado, 10 de junio de 2017

PROBLEMAS DE JUVENTUD

     La costumbre tan española de quererlo todo para luego conformase con  poco, es tan  perniciosa como regresiva. Los innumerables jóvenes que eligen la Universidad para labrar su futuro dan un indice de fracasos tan  alto,  que nos llevan a esa conclusión: muchos son los llamados y pocos los elegidos.
     Hay, tal vez, demasiados centros de enseñanza superior donde antes hubo tan pocos. La abundancia es buena, pero costosa. ¿Y quién paga este capítulo de gastos? Normalmente la sufrida masa de contribuyentes de medio pelo.
     ¿Por donde va la política? Por fomentar el gasto para satisfacer a los más necesitados. Pero, como todo tiene un límite, si se rompe el equilibrio el invento cae por su propio peso. Y la caída a quien más perjudica es a los más necesitados.
      Porque verán: la medicina, en muchos casos es peor que la enfermedad; pero aunque así no fuera -los remedios de verdad suelen ser caros-  tienen el inconveniente de que llegan para muy pocos. Nunca tuvimos tantos universitarios. Si luego no hay puestos de trabajo para ellos, tienen que emigrar.
      A España le sobran, hoy por hoy,  universitarios, como le sobran políticos y comunidades autónomas.  No contentos con todo esto, incapaces de forjar un nación donde se viva con cierta holgura, los que medran son los que quieren dividirla en taifas, con lo caro que resulta mantener el protocolo.
      Siempre insatisfechos ponemos la confianza en el primero que llega o en el último que nunca se marcha.
      ¡Problemas de juventud! Los cura el tiempo.

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