Los viejos imperios suelen pasar por fases bien distintas: una, creciente, poderosa, hegemónica; otra, decadente, debilitada, sin norte.
Por su proximidad geográfica me acuerdo de Roma, de la España de los Austrias, del imperio de la Gran Bretaña. ... Todos con su inmenso alcancer, sus triunfos, su expansión, sus dominios a cuestas, terminan por desgajarse, por romper aquella unidad que les dió poderío, por asumir los efectos de la caída ... Cito esos tres casos, pero la historia se repite desde remotos tiempos.
Cada imperio con sus características, sus tesis, su argumentario, su política, sus riquezas y, todos, explotando a los mas débiles hasta que se inicia la caída y aparecen las diatribas, las peleas entre vecinos y familias, la lucha armada, el cansancio, la muerte.
Roma cedió ante los bárbaros, España ante una generación de criollos republicanos, la Gran Bretaña ante una reacción doctrinal que empezó con el lema de "América para los americanos". Y al fin, desmoralizados hasta llevar sus desengaños a rastras y terminar por enzarzarse en peleas domésticas, por tirarse de los pelos en cada casa. Es el caso de España; ahora del Reino Unido de la Gran Bretaña. Fue el caso de Roma.
Y sin embargo, los separatismos están en crisis. Es paradójico: quieren irse de la Patria de su antepasados para unirse a la patria Europea en construcción. Es el caso de Cataluña, de Escocia y de otros pueblos hoy a la espera.
. Es la mejor prueba de que los separatismos están en crisis.
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