martes, 28 de abril de 2015

EL PESO MUERTO DE UN PARTIDO POLÍTICO.

   Mantuve, una charla, seguida de un cálido debate, sobre  un tema de alto interés para el futuro de la derecha moderada: ¿Que será de esta gente si su partido pierde las elecciones?  Estaban preocupados por dos temas: la escisión de Cataluña y el aumento de la deuda, si las izquierdas abrieran el grifo del gasto a lo que son propensas.
   No resolvimos  nada, pero me traje para casa una doble pregunta:
   - ¿Por qué, reiteradamente,  la derecha española concita la unión en su contra de todos los partidos de centro izquierda o izquierda pura - a los que se unen los nacionalismos periféricos -?   - Y ¿por qué esa derecha, no  ha sido capaz  de organizarse para sentirse unida por sus valores, sus principios, en vez de por sus intereses?
   Tengo mis dudas, pero empiezo a creer  que el centro-derecha actual, integrador de amplios sectores de las clases medias, no vive  las preocupaciones educativas que marcaron las generaciones  de la España instruida que quería modernizarse desde los comienzos del siglo XX:  La España de la generación del 98, de la conciencia crítica, de la evolución social de la Iglesia...
   Y poco a poco, dándole vueltas al tema llego a esa conclusión. La guerra civil, y su larga posguerra,  -aunque pueda parecer lo contrario-, llenaron el país de escépticos. Un escéptico es un votante inseguro. En esas estamos.
   Si no fuera cierto esto que digo, (que tenemos una derecha llena de escépticos) y si lo fuera  que el PP cuenta entre sus filas con  ochocientos mil afiliados, no tendría por que perder este  partido ninguna elección. Si las pierde es porque los tales afiliados pintan los mismo que un jarrón chino en casa de un fabricante de bombillas y los electores tienen sus dudas.Unos y otros son un peso muerto con el que tiene que cargar el partido;  son una tara, pero nunca  un grupo de  gentes motivadas y llenas de vida, con ideas claras;y, por supuesto, con  capacidad, ánimo y espíritu decidido para implantar su doctrina.
    ¿Qué hacer cuando esto no sucede y, además, se le consiente, a una parte de esa afiliación,  que que se  alce con el santo y la limosna a mitad de camino y deje a sus compañeros lamiéndose las heridas con cara de bobalicones? Por lo que trasciende, poca cosa, cuando lo  efectivo sería depurar las aguas contaminadas,
   Se gane o se pierda, no hay otra solución que la de organizar la casa, no para presumir de limpios, sino para limpiarla  y poder entrar y salir de ella con la confianza puesta en que nadie te birla la cartera. Por eso y porque cuando todos se conocen y juegan sin trampa ni cartón, no se  necesita bulto, ni tanto gasto, ya que se supone que allí sólo quedan las personas con  talento. Por eso, sin peso muerto, son más  eficaces ante los retos que les esperan.
     Si me equivoco, díganmelo, para que repase la lección.

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