jueves, 27 de abril de 2017

ENDEMONIADO ESCENARIO

      No hay bicho viviente que, puesto a pensar sobre la evolución democrática de España tras cuarenta años de dictadura, se hubiera atrevido a suponer que nuestro  destino era revivir el Patio de Monipodio.
      ¿Cómo describir este escenario? ¿Quién puso en marcha esta sátira? Nada menos que Miguel de Cervantes, universalmente reconocido por su prestigio literario. Un Cervantes que no se privó de vivir en una cofradía parecida a la que conocieron Rinconete y Cortadillo. Cervantes supo como era la cárcel, condenado en dos ocasiones por irregularidades contables.
      El Patio de Monipodio, lugar de reunión de toda suerte de mangantes y maleantes, reunió a los que pretendían con sus artimañas pasar por lo que nunca fueron: por personas decentes. Y se mezclaban y arropaban con signos propios de la decencia.
      Pero ¿cómo empezó nuestra democracia  cuyo parto causó la admiración del Mundo?  Empezó desde la pobreza de los  partidos políticos comprometidos con la honradez  y el juego limpio . En las primeras elecciones  se derrochó un dinero con el  que nadie contaba semanas antes. ¿De dónde llegó? ¿Se han devuelto esos caudales? Allí empezó la cosa y la historia no desciende a estudiar esos tugurios.
      Los que estaban en el secreto del cambio  para llegar a las praderas democráticas, se callaron muchas de las dificultades que hubieron de superar y algún día se sabrá la verdad dura  y madura. Esa verdad, no la quieren digerir las nuevas generaciones, como es lógico que suceda. Generaciones que no advierten que están poniendo en candelero otras mentiras. Por ejemplo  la deificación en unos casos, la demonización en otros de episodios que avergüenzan a los bien nacidos.
      El pueblo llano sufre la que podría llamarse vergüenza colectiva. Es un pueblo desorientado. A la crisis económica está  siguiendo una crisis política. Es la hora de los falsos apóstoles de ambos sexos. De los fariseos/as  que proclaman su pureza: "no somos como esos publicanos que pecan a diario, donde nosotros/as prodigamos elocuentes virtudes".
       Consigna de pecadores: aguantar esta marea.  Siempre el futuro suele ser prometedor. Hay que cambiar  algo para que todo siga igual.
       Consigna de inocentes avisados: como esto siga así vamos a comer todos mierda. ¿Ya llegará para todos? ¡Miremos a Venezuela!
       En España hay demasiados pobres. Esto no es bueno para nadie.
       ¡Ni da derechos al Patio de Monipodio!

No hay comentarios:

Publicar un comentario