viernes, 28 de abril de 2017

CRISIS IDEOLÓGICA

     Si examinamos con serenidad el panorama político español y además atendemos al discurso  de sus líderes, llegamos a dos conclusiones: están, los aludidos,  atendiendo a la solución de sus propios y más urgentes problemas personales  y  dejan a un lado, o atienden con cierta pasividad los problemas de la sociedad que los mantiene en las instituciones del poder. Andan cortos de ideas.
     Ellos dirán que no, que no hay tal cosa, pero estamos en mayo y ahí está el presupuesto de la Nación en vísperas de no ser aprobado cuando viene a suceder que las partidas más  importantes están comprometidas y el porcentaje de lo disponible es escaso y nunca contentará  a todos. España va mejorando,  pero la recuperación es  lenta y las perspectivas de futuro son aleatorias, discutibles y de corto horizonte.
      Si a esto añadimos que los políticos andan a la greña, ¡ya me dirán por dónde y cómo viene el arreglo y a  qué precio!
      Los políticos con mando en plaza, que comen, visten y viajan solo gracias al cargo, tiemblan porque, si la crisis estalla, el meneo puede mandarles al paro. Están centrados en el ataque y defensa personal, en el mutuo desprestigio, pese a que la mayoría de las pacientes clases medias y bajas,que son las que sufren y colaboran,  siguen en el tajo día a día manteniendo el tipo para que la nave no se hunda. ¡Dando ejemplo!
      Pero ¿qué nos espera si esas gentes se cansan?
     
     





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