martes, 29 de octubre de 2019

VIVIMOS UN PROCESO CRÍTICO (5)

    En España los políticos, no todos pero sí la mayoría, no dan importancia al gasto público, siempre que no suponga una merma en sus ingresos y, en consecuencia, siempre que no reduzca su nivel económico.
    Si tenemos en cuenta que los multimillonarios manejan fondos exentos de las presiones fiscales, porque sin ellos no se especularía,  y los pobres hasta las cachas no tienen con qué pagarse su entierro, hemos de reconocer que los  seres humanos manipuladores del  montón tributario -los políticos- son los llamados a mantener las arcas del tesoro abiertas al creciente número de inútiles que chupan del frasco.
    Y la inmensa tropa de a pie que vota, no piensa y se chupa el dedo en las sufridas calles céntricas que son de todos. Todo para ver, sin percatarse, a los que buscan  el relevo y ser ellos, los manifestantes, los llamados a dirigir los valores económicos  y cobrar de paso el tanto por cierto del río revuelto y aquí paz y después gloria; es decir a vivir a lo grande,  a ser posible en un palacete de lujo, a los que proclaman su derecho a una vivienda digna. ¿Y los demás? A la puñetera calle que -no se olviden- es de todos.
    Puede usted lector decir que esto es demagogia y tiene razón. Y si la calle se llena de demagogos es porque conviene a unos pocos que esperan el relevo en nombre de la memocracia, vestida con ropajes democráticos.
    En fin a votar tocan,  aunque el invento sirva para cubrir las apariencias.
    ¿Una nota de optimismo? Cada día más pobres y daremos la oportunidad del poder a franceses y alemanes que saben ponerse de acuerdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario