martes, 8 de octubre de 2019

LA FE Y LA DURA REALIDAD

    Si seguimos desde cerca la evolución de los partidos políticos y de sus directivos, terminas por no saber con cuál te quedas. En general sus creencias se dirigen al mismo norte y acaban por plegarse y obedecer a un poder que no cambia; acaban  por  identificarse y subirse al tiovivo que manejan los millonarios porque son los amos.
    El dinero todo lo puede siempre que sea posible y para mantenerse en la cumbre de ese poder, para no bajar del tiovivo, hay que seguir unas normas que varían mucho de uno a otro confín. En esas andamos o, para ser más exactos, andan los amos del motor que mueve la máquina.
     No es cosa de personalizar pero lo cierto es que el sistema se descompone cuando todos se ponen de acuerdo; o sea cuando llega la hora de repartirse el dinero sudado y sufrido por otros mediante un complejo sistema recaudatorio de pistón, hasta secar al más pobre de la tribu.
     Me han echado en cara que yo venda mi derecho al voto por un café y un rato de amena charla. ¿Han visto algo más noble y desprendido? ¡Está visto y comprobado! Esto del reparto lo tomas a broma o, al final, aparece un dictador que se hace tirano a mucha honra, porque la mayoría está harta de tanta ¿democracia? que suena bien pero sirve a unos pocos y que, nunca mejor dicho, libera  a los que se alzan con el santo y la limosna hasta forrarse con un par...

   
   

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