martes, 31 de diciembre de 2019

EL FUTURO DEL ESPAÑOLITO VASCO

    No tengo una varita mágica que me autorice a dar noticia de cómo será el futuro de quien se auto califique español dentro de una patria vasca dominada por los nacionalistas de este signo. Habrá que reconocer, sin embargo y pese a mi carencia de facultades adivinas, que pueda pensar que la nueva Vasconia puede verse dividida en dos castas: la vasca y la española;, bien sabido que esta última cargará con la peor parte.
     Me expreso con una sencillez de libro porque los más genuinos, entre vascos,  nunca llegaron  a pensar en hacer de Euskadi una nación soberana con la facilidad procurada por un lote de españoles convencidos por el "mecachis que guapo soy y olé por mi par de ideas güevaristas" (Consultar el diccionario de Manuel Seco y compañía).
     No estoy sujeto al azar porque la caída de unos y el vuelo de otros tienen su lógica; y el campo  protegido con alambradas, su explicación, su razón de ser: la valla vasca, de carácter lingüístico ¿a quién protege?  Es algo que divide. ¡Se verá a su tiempo!
     Cuenten con ello. El vascuence está llamado a ser el idioma oficial de Euskadi. Entonces y solo entonces -bajo la capa de discriminación positiva- empezará a gestarse muy probablemente la jerarquización de valores; y la aparición de las dos "comunidades".
     ¿Y si saben los dos idiomas? Siempre lo dije: tienen que ser tres. Porque lo veo por mi ordenador: el progreso sin inglés es como un vino aguado.
     Es curioso: cuando los muertos vascos ganan en número a los nacidos, ¿qué puede pasar?
   
     

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