martes, 24 de diciembre de 2019

LOS TIEMPOS CAMBIADOS

     Me las apaño solo para atender mis requerimientos hasta donde puedo. No me agrada pedir favores y trato de no molestar. Y a pesar de todo soy un viejo chinchorrero que se entiende a las mil maravillas en medio de una soledad en compañía. Irónico hasta caer de culo,  palpo la realidad que me rodea con una crudeza razonable de cuello vuelto.
     España esta llena de políticos que entre fas y nefas prometen mucho y luego no hay dinero ni de donde sacarlo. En un país donde los ricos huyen para seguir siéndolo sin ruidos y a pierna suelta en naciones sin fronteras dolorosas y, al propio tiempo,  los políticos se sienten "prodigiosos", entrenados para vivir en palacios atendidos con siervos fieles y baratos, lo que importa es que  tengan ascensor y, si no,  no interesan; los políticos no se cansan de mantenerse y siguen sin bajar del tiovivo.
    El caso es que todo sigue igual o peor y la casa sin quien la arregle. Los españoles lo padecen y terminan por confesarse con el mismo latín: "esto no hay dios que lo organice".
    Ahora nos cambian el modelo de facturación de la energía eléctrica con cargo al ciudadano de andar por casa. ¿Saben ustedes donde está la trampa? Yo no lo se. Pero supongo que son necesidades recaudatorias que  vamos a digerir sin anestesia con la untura de algunos medios informativos propicios a cobrar el favor en tiempo y forma.
    No he dicho nada.  Y si hace falta lo rectifico: "que buenas son las Madres Ursulinas..."

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