miércoles, 11 de diciembre de 2019

¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ?

     El fenómeno no se explica, ni se controla por el Poder con mayúscula. Los ricos aumentan en número y grado. Es decir: manejan más dinero y lo hacen correr hacia las  latitudes sometidas al bajo control del  fisco; el pago de impuestos blando y más tolerante, menos exigente, atrae también al inversor que se dedica a negocios productivos, hoy en paro en muchos países. Como excepción la izquierda portuguesa ha movido el timón hacia la derecha y el cambio resulta atractivo. El dinero español, tiende a buscar fortuna en el oeste peninsular.
     Pero la izquierda española -cuyos componentes se tienen por listos y van a lo suyo- están a punto de dar la patada en el culo a los pocos empresarios que nos quedan y no pueden huir, de forma que la repercusión impositiva termina por encarecer el pan y la sopa, el hogar y el sueño y la ya de por sí delicada salud del pobre. Y para tanto joder al prójimo no acaban de ponerse de acuerdo a la hora de elegir postura. ¡Las clases medias que se pudran!
    ¡Bueno! Se creen espabilados y listos y puestos a establecer comparaciones aún hay quien les gana.
No sólo es que en el País -España- pierdan fuelle las clases medias. La desgracia es que en el río revuelto de las izquierdas (otro día hablaré de la derechas que no se unen para hacer la guerra si no aparece un caudillo) crecen las ideas bolivarianas. ¿Nos están preparado otra guerra civil, otro valle de los caídos?
     No escribo estas cosas con gusto.¡Me duelen!

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