Con el silencio de los vencidos puede uno ser expresivo, y además elocuente. Pero cuando no aceptas la "libertad" impuesta por unos políticos que, lentamente, condicionan la iniciativa privada, hay que decir basta. Hay que romper el silencio. Si se acepta la "libertad" impuesta estamos admitiendo una libertad que ata. Y las ataduras paralizan.
Así está el centro-derecha vasco español desplazándose por propia voluntad del campo ideológico. Su alcance intelectual está de vacaciones; su horizonte tapiado; su iniciativa anestesiada.
Todo su proyecto de futuro se limita a decir que defienden un régimen foral que se refleja en un Concierto Económico ideado por los liberales vascos decimonónicos para mitigar los efectos de un centralismo mal hilvanado. ¡Y ahí termina el discurso que está sirviendo de base para fomentar el secesionismo!
Particularmente me sentía vacío. Un buen día buscaba no sé qué en el mutilado archivo del concejo de mi pueblo natal cuando topé con un fajo ilustrativo: El pueblo de Espejo buscaba maestro de primeras letras para la escuela vecinal donde enseñar a los chicos y chicas. He aquí -me dije- una competencia foral perdida. Hoy los padres no pintan lo de una mona en tal materia. Álava era la provincia de España que registraba en los años cuarenta del siglo XIX, el numero uno entre los que sabían leer y escribir de las provincias de toda España.
Hoy los padres en su mayoría, no se preocupan de estas menudencias. Llevan a sus hijos a las escuelas -salvo excepciones- como quien busca un refugio seguro para sus hijos; la enseñanza se da por conseguida. Pero los organismos internacionales no lo ven así.
Empecemos por donde pide la lógica. ¿Acaso los padres tienen competencias, aquí en Euskadi y están instruidos para elegir la enseñanza de sus hijos? NO
Si el centro derecha vasco se hubiera ocupado de este menester, otro gallo cantaría.
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