domingo, 29 de septiembre de 2019

IGUALDAD FRENTE A EQUILIBRIO

     Las palabras repetidas hasta la saciedad terminan por confundir al más pintado. Los políticos abusan del término igualdad y la prometen como solución de muchas injusticias. Los más cándidos  oyentes -a nada que reflexionen unos segundos y miren a su alrededor con espíritu crítico- saben que esa igualdad no existe ni se la espera.
      Somos parecidos a primera vista pero nada más. Basta con mirar el dorso de una mano para ver nuestra individualidad reflejada con líneas irrepetibles.
      ¿Qué somos iguales en derechos y obligaciones? Otro cuento. Cada uno carga con una presencia física por un lado y espiritual por otro,  que nos distingue, nos une o nos separa y nos modela. Cada uno es como es y si ejerce como poderoso asume derechos o elude deberes con diferencia suma, y no como el resto de los mortales debilitados por sus carencias.
      Así esta la cosa,  -aquí o allá más o menos, mejor o peor resuelta- para hacer viable la convivencia. Para eso y por eso el ser humano finge, escenifica, politiquea, aparenta... Pero por si fallaran esas apariencias mentirosas, el ser humano inventó la moneda con la cual, aun sintiéndose uno pobre se, consigue "poder" y éste bien administrado acorta diferencias.
     La mayoría de los políticos nos ofrecen igualdad por arriba haciéndonos ricos, pero -paradoja al canto- se proclaman contrarios al que ya es rico y lo persiguen hasta provocar su huida. Y los pobres no mejoran; es decir: día que pasa, pobres que aumentan en número y daños.
    El auténtico sistema que nos conduciría a ser más prósperos, es modelar una sociedad no igualada, sino equilibrada- Y el equilibrio se aprende y si la escuela falla, nadie lo alcanza.
    Es una meditación previa al periodo electoral: menos cháchara y más estudio.

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