domingo, 21 de julio de 2019

LA EXPERIENCIA ACONSEJA

   
          Cuando un socialista a la española se siente orgulloso de la perdurabilidad del PSOE, olvida por completo -o eso se da a entender- las doctrinas marxistas que divulgó y puso en práctica este partido, como respuesta dura, intransigentes y mortal (no apruebo ni condeno; solamente constato) que aplicaron para imponer normas y leyes que hoy desechan.
          Claro está que las derechas, a tono con los tiempos, dadas a imponer ideas a tiro limpio, no hicieron ascos al uso de la violencia armada, precedida de la testimonial.
          La paz llegó a imponerse, pero -ni mucho menos- sirvió para mitigar aquel desgarro de Manuel Azaña, cuando dió por perdida la guerra que dejó huellas por y para los siglos de los siglos; y la memoria no perdona. Azaña pedía tardíamente, paz, piedad, perdón.
          ¿Han cambiado las cosas y costumbres? Para una gran parte de españoles, sí; para otra, no.
          Lo que más duele a viejos experimentados -como es mi caso- es la chulería grotesca de algunos líderes que se auto estiman cual profetas ilustrados.
           ¿Y que  hacen para resolver la situación miserable de millones jubilados que no tienen donde caerse muertos? ¿O que se les ocurre para  fomentar la creación de puestos de trabajo para  millones de jóvenes que van a la deriva? ¿O  hasta donde les preocupa la medía España rural que se vacía y se desertiza sin remedio?
           Mucho bla, bla...Mucha filfa. Eso es todo.

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