lunes, 5 de agosto de 2019

LOS AMOS DE LA MINA

     Se daba el caso de una mina de carbón no rentable que se mantenía abierta para dar de comer a los mineros. Si  cesara la explotación del negocio en quiebra, el conflicto sería más costoso y arriesgado. Y los políticos, en casos así no quieren asumir el demérito de poner en la calle a un centenar de obreros  y, de paso, cargar con la impopularidad que supone reconocer un fracaso.
     El hecho de que España figure a la cabeza de los países europeos con tres millones en paro y otros tantos, o más, que mal viven prestando servicios peor pagados, nos demuestra que la pléyade de políticos que viven de este oficio y mantienen su retórica con pérdidas, nos engaña.
     Los engañados tienen dos salidas, que no soluciones idóneas: unos -los pobres- emigran; otros -los ricos- esconden su dinero, especulan y huyen del palo tributario. Y el país se arruina.
     Si los nuevos amos de la ruina triunfan es porque la mayoría opuesta se acongoja. Y los pocos que cargan con  la mordida están "dejando su piel"  para vivir con la verga en alto al servicio de una ética democrática viciada.
     Así nos va.




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