sábado, 17 de agosto de 2019

DESIGUALDADES IMPROPIAS

     Uno de los temas favoritos de la política llama a nuestra  atención sobre la desigualdad vital que castiga a millones de personas. No hay derecho. No veo por qué en España -que mal mantiene a doce millones de pobres propios según las estadísticas- se ve obligada a recibir más pobres por la vía migratoria. No se entiende.
      Es absurdo que un gran número de políticos de toda especie, mantengan como virtud su espíritu igualitario y castiguen al pobre con impuestos indirectos sabiendo -como saben- que los artículos de comer, beber y arder son de consumo inevitable: se pagan o se roban.
      Aquí, se nos engaña haciéndonos creer que el pobre bienestar de una mayoría de españoles con derecho a voto,  mejorará cambiando a los que mandan. Yo también me lo creo, siempre y cuando el número de los tales elegibles para "ordeñarnos", sean los justos y reducidos a una cuarta parte de los que hoy chupan de la goma. Se comprende que este rigor se entienda por los partidarios de la igualdad.
       Es decir que las cosas no cambian con charlatanerías, sino con la conducta de las mayorías. Y esto, el bien hacer, se aprende en las familias con buena escuela.
       ¿Y cuántas horas dedican nuestros políticos a mejorar el magisterio que es la forma de mejorar la escuela?
       ¡Pues eso.

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